Este texto es la historia de mi personaje.
Todos los miembros se encuentran en el jardín; una doncella le sirve al matrimonio un té con limón, el marido lee el periódico y comenta una noticia con su esposa, quien borda en un pañuelo el escudo familiar.
En otro extremo del jardín descansan varias muñecas de porcelana. Todas tienen una sonrisa en su delicada y pálida carita y lucen elaborados trajes.
-¿Quiere tomar algo más, Señorita Odette? ¡Lo suponía! Por eso traje más pastas. He de decirle que lleva usted un vestido precioso.
-Señorita Paulette, ¿quiere tomar algo?
-No, gracias Marie.
Todos aprovechan este hermoso día como si fuera el último que fueran a pasar juntos…
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Un caballo pasa a toda velocidad por la entrada principal de la casa, una figura desmonta del animal y llama a la puerta. Rápidamente el mayordomo abre mientras Marie empieza a despertar al matrimonio.
Una vez reunidos todos en una pequeña salita a la luz de las parpadeantes llamas de la chimenea, empiezan una conversación que despertará de sus sueños a la joven Paulette.
“Os han descubierto….” “…debéis marcharos, es lo mejor para todos...” “...estarán aquí...”
Frases inacabadas que llegan incluso a ser incoherentes y que provienen de una voz masculina totalmente desconocida para la joven. Entre los murmullos, escucha sollozar a su madre y también le parece escuchar la voz de su padre mientras habla con aquel ser desconocido.
Decide levantarse. Con tal jaleo le es imposible dormir.
-Madre, ¿qué ocurre?-pregunta cuando baja a la salita.
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-Nada, cielo, sube a dormir-dice su madre mientras en su rostro se dibuja lo que debería ser una sonrisa.
Fuera se escuchan sonidos semejantes a los que produce un arma de fuego…¿Disparos? ¿Quién cazaría a estas horas y por qué lo hacía en su casa?
La madre mira atemorizada al padre, cuya cara dice todo: “Coge a Paulette y escóndela…sabes lo que tienes que hacer. Estás preparada.”
Sin pensárselo dos veces, agarra a su hija de la mano y se la lleva fuera de la sala, se dirigen a la escalera…no…a la pared junto a la escalera.
La mujer saca un cuchillo y se corta en la palma de la mano. Un delicado hilo de sangre empieza a recorrer su muñeca. Apoya la mano sobre la pared y la desliza.
La niña está atónita, no puede creer lo que le está ocurriendo, ¿Por qué se cortaba la mano? ¿Adónde la llevaba? Sabía quiénes eran, cuál era su verdadera raza...pero se estaba empezando a asustar.
Ante ellas se abre una entrada con una escalera que baja hasta lo que parecía un sótano. Nunca había estado allí, ni siquiera sabía que algo así existía en su casa.
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Bajan las escaleras con rapidez, un muro tapa la entrada de nuevo
¡¿Qué estaba pasando?!
Unas antorchas en la pared empiezan a encenderse y dejan al descubierto un pasillo que da a una sala preparada minuciosamente con anterioridad.
¡¿Qué estaba pasando?!
Unas antorchas en la pared empiezan a encenderse y dejan al descubierto un pasillo que da a una sala preparada minuciosamente con anterioridad.
Había una cama en el centro, sus sábanas estaban cubiertas de pétalos de rosa, velas blancas, negras y rojas la rodeaban y un pentagrama estaba dibujado en el suelo.
Paulette reconoció que se trataba de algo relacionado con la magia.
-Túmbate en la cama, cielo. Duérmete.
-Tengo miedo, ¿qué está pasando, madre?
-No te preocupes por eso ahora. Mañana será otro día, habrás despertado y notarás que todo vuelve a ser como siempre. Confía en mí.
Obedientemente, se tumba en la cama y accede a la petición de su madre. Confiaba en ella, nunca le mentía. Mañana despertaría y encontraría a madre junto a ella.
-No lo olvides nunca…te quiero. -le dice la madre…Era su despedida.
-Y yo a usted, madre. Hasta mañana.
-Si…hasta mañana, cielo…
De nuevo, las lágrimas descienden por el rostro materno; el rostro de una madre que sabe que jamás volverá a ver a su hija, una madre que preparará el despertar de una niña que en un futuro sembrará el terror por donde pase. Pero eso es algo que ella nunca sabría ya que…esa noche moriría.
El legado de los Roseschone llegaría a su fin.
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Las portadas de los periódicos lo decían bien claro:
Asesinato en la mansión Roseschone
Muere el matrimonio y un desconocido. La hija de ambos está en paradero desconocido.
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De nuevo…un día de primavera…solo que con varias diferencias que Paulette tendrá que descubrir por ella misma. No le costará darse cuenta, una carta le espera a los pies de la cama, una carta llena de dolor, pena y esperanza.
La mansión está en silencio, solo osa interrumpirlo el ruido de unas velas encendiéndose unas detrás de otras. En el centro, una cama con una joven dormida que, a la luz de las velas…abre los ojos…
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