lunes, 6 de diciembre de 2010

Leed la entrada con esta música de fondo ^ ^

Escucho cómo las gotitas chocan contra mi ventana y cómo los truenos explotan mientras noto otro rayo iluminando el cielo.
No todo el mundo siente lo mismo en esta situación: temor, tristeza, nostalgia...;las personas somos demasiado diferentes unas de otras como para sentir lo mismo frente a algo común a todos.



Me gusta la lluvia, siempre me ha gustado.
De pequeña me asomaba a la terraza para verla más de cerca, sin importarme el frío que pudiera hacer. Ahora sigo haciendo lo mismo.
En cuanto escucho dos o tres gotitas corro hacia la terraza y, cómo si volviera a tener 5 años, espero que llueva cada vez más, espero que el primer rayo me ilumine, que el primer trueno haga temblar la calle...
Hay veces que llueve tan fuerte, que tengo que echar la persiana y agacharme para verla por el cristal. Más de una vez me han encontrado arrodillada, con la nariz pegada al cristal y con cara de fascinación.

Niña, ¿qué haces?
Nada...sólo observo cómo llueve
Hace frío, entra.
No, da igual...estoy bien.

No es tristeza lo que siento, ni siquiera temor.
La lluvia es sólo uno de mis muchos pasaportes para desconectar y dejar que mi imaginación haga de las suyas...

Cierro los ojos, los abro; ya no estoy en mi habitación, sino en un oscuro bosque cuya única iluminación son los rayos que paulatinamente aparecen en el cielo.
No me importa empaparme es más, tengo que saltar sobre cada charco que alcanzo a ver.

Libertad

Cierro los ojos, los abro; estoy en una biblioteca rodeada de enormes cristaleras decoradas con hiedras.
Parece que este sitos ha estado abandonado desde hace mucho tiempo: los libros están cubiertos de polvo, hay páginas esparcidas por los suelos y las arañas del techo están cubiertas por hilos plateados.
No me importa, cojo un libro de cuentos y un vela de los muchos candelabros de las paredes y empiezo a leer.
Paz


Cierro los ojos, los abro; ¡qué calorcito más agradable! Las llamas de la chimenea que se encuentra a los pies de la cama hacen que esa habitación, a primera vista apagada y siniestra, sea acogedora.
Apoyo la cabeza en la almohada. Noto cómo me hundo en el colchón y sin quererlo caigo en un sueño dentro de mi propio sueño.
Imaginación



Abro los ojos; ha dejado de llover.
No pasa nada, mañana volverá a llover. El camino en autobús hasta el colegio será toda una aventura.

Espero que esta noche la lluvia inspire también vuestros sueños y que os transporte a sitios mágicos.



1 comentario:

Anónimo dijo...

fue muy interesante para leer. Quiero citar el mensaje en mi blog. Se puede? Y otros una cuenta en Twitter?